Estoy convencido de que la innovación, la disrupción y el emprendimiento son las bases de una economía exitosa en el siglo XXI, y los países que lo han entendido tienen economías fuertes.
Los mexicanos nos hemos caracterizado por ser una sociedad tremendamente creativa, pero poco innovadora. Para que una innovación sea realmente una innovación, debe ser comercialmente viable, y allí es donde fallamos. Según datos de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), en 2023 México desarrolló 983 patentes; Brasil, 4,398; Estados Unidos, 252,316; Corea del Sur, 183,748; y China, 1´464,605. Los países han fortalecido su innovación, y esto los hace controlar el desarrollo del mundo. El caso de China es notorio, pues hace pocas décadas no sabían qué hacer con su gente, y ahora han sacado a 800 millones de personas de la pobreza; tienen uno de los mejores sistemas educativos del mundo (aunque bastante estresante para sus alumnos) y están liderando la innovación.
Para desarrollar un pensamiento innovador, debemos contar con un sistema educativo que entienda que el objetivo del proceso educativo es justamente ese: innovar, y no la simple memoria, como lo venimos haciendo en México. Si desarrollamos los pensamientos crítico (cuestionar, evaluar y tomar decisiones razonadas), analítico (descomponer problemas en partes pequeñas para entender y actuar) y abstracto (el momento de la creación, de buscar caminos diferentes), tendremos jóvenes con las habilidades necesarias para que el conocimiento se vuelva un estímulo para la creación de nuevo conocimiento.
La buena noticia para nuestro estado es que hace unos días recibimos con beneplácito que, según el IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad), en su informe ICE 2025, Aguascalientes es el cuarto estado del país con mayor número de patentes registradas, subiendo 11 posiciones con respecto al informe anterior. Este honroso lugar está precedido por Jalisco, Ciudad de México y Guanajuato.
¿Cómo se logró en un estado pequeño como el nuestro?
La realidad es que Aguascalientes es el estado con mayor número de centros de investigación en relación con su población, pero lo más importante ha sido que el actual gobierno de Tere Jiménez ha creído decididamente en la educación como motor para diversificar la economía y como impulsor de procesos de innovación, disrupción y emprendimiento. Hoy se han multiplicado los apoyos del estado para ciencia, tecnología y emprendimiento, aunque los apoyos federales para tales rubros se han disminuido o desaparecido. Es muy loable que nuestra gobernadora vea en la educación el camino para hacer crecer nuestra economía, diversificarla y buscar un mejor futuro para nuestra sociedad.
Hoy debemos aplaudir al gobierno del estado y a todo el equipo del Instituto de Ciencia y Tecnología del Estado de Aguascalientes, a cargo de Ana Claudia Morales Dueñas, quienes están realizando una extraordinaria labor en beneficio del desarrollo de Aguascalientes.
Y aunque como país nos falta mucho por cambiar en innovación, sí es cierto que, para Aguascalientes, el avanzar 11 lugares en el ranking nacional nos presenta un panorama ascendente que augura una nueva economía para nuestro estado.
Los cambios en educación requieren tiempo, eso es indudable, pero cuando las autoridades y la sociedad tienen claro el objetivo, los resultados son mucho más fáciles de conseguir.
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