La innovación, la disrupción y en general, la generación de nuevo conocimiento, se han convertido en la base y soporte de las economías exitosas en el presente siglo.
Atrás quedó la vieja idea de que los recursos naturales hacían ricos a los países, pues hoy el desarrollo de nuevos productos que impactan al mundo entero son los que más riqueza generan.
Dentro de este análisis bien vale la pena analizar a nuestro país, donde por décadas el petróleo se convirtió en el mayor soporte de la economía; pero el “oro negro” hoy tiene sus días contados como combustible, pues el mundo ha optado por otras energías que hagan menos daño al planeta.
¿Qué es innovar?
Una definición sencilla pero profunda es la que señala a la innovación como el proceso en el cual a partir del reconocimiento de una necesidad se desarrolla un producto o servicio útil (sobre algo existente o algo totalmente nuevo), que atienda esa necesidad, hasta que sea comercialmente aceptado.
Los países que se han conectado positivamente con la creación de nuevos productos por medio de la innovación y la disrupción usan las patentes como soporte de autoría universal de los inventos. Una patente según la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) es un derecho exclusivo que se concede sobre una invención. En términos generales, una patente faculta a su titular a decidir si la invención puede ser utilizada por terceros y, en ese caso, de qué forma.
Según la OMPI, México en 2022 realizó 983 patentes, Estados Unidos 252.316, China 1´464.605, Corea del Sur 183.748, por poner algunos ejemplos.
¿Cómo generar innovación?
Definitivamente la base de la innovación es el desarrollo del pensamiento crítico y analítico, el cual lleva a las personas a pasar de la memoria tradicional que nos enseñaron en el sistema educativo, a un esquema de análisis, de preguntas, y de entender los porqués de las cosas.
La clave del éxito de los países innovadores ha sido construir sistemas educativos centrados en la creatividad y la innovación, dejando de lado los sistemas centrados en la memoria de simple repetición de conceptos, como actualmente educamos en México.
Normalmente el proceso para generar valor por medio de la invención inicia cuando el pensamiento crítico y analítico llevan a hacerse las preguntas correctas que invitan a buscar soluciones. De ahí normalmente la innovación aparece cuando se juntan las piezas correctas, o quizás se desarrolle una disrupción que es entendida como la creación de algo que genera un nuevo mercado y sacude al mercado actual, pues golpea la base de la ventaja competitiva de las empresas, productos, y alianzas de líderes tradicionales. Normalmente una innovación o una disrupción llevan a generar nuevos emprendimientos y empresas, o a fortalecer las actuales, lo que desencadena en la mejora de la economía.
México necesita urgentemente migrar del sistema educativo tradicional memorístico a uno que empuje la creatividad, la innovación, la disrupción y el emprendimiento. Necesitamos estar conscientes de que los recursos naturales ya no serán nuestro soporte en este siglo, por lo que hay que actuar rápido para que nuestra sociedad se eduque con las bases que se requieren para competir y ser exitosos en el siglo XXI.
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