Investigación y opinión

DON DANI Y LA LLUVIA

En su artículo, la Maestra Helena Contreras Herrera reflexiona sobre el poder de las historias y comparte una experiencia reveladora con Don Daniel Martínez, el cuidador del estacionamiento de Global University. En medio de una lluvia que había inundado parte del estacionamiento, Don Dani sorprende a Helena con su actitud positiva y una palabra inexistente en el diccionario español: "enséñate". Explorando esta nueva perspectiva, la autora destaca la responsabilidad de los estudiantes en su propio aprendizaje en un mundo donde la información está al alcance de un clic. Enfatiza que lo que los maestros enseñan es solo un punto de partida, y anima a los jóvenes a ser curiosos, buscar, leer, investigar y cuestionar. El llamado final es claro: ¡Enséñate!

Amo las historias, de hecho, la mayoría de las personas somos adictas a ellas, seamos conscientes o no. Series, cuentos, novelas, películas, chismes: las historias tienen la capacidad de integrarnos a una trama desde fuera, sin riesgos, pero con todo el poder de la experiencia imaginativa y la vivencia empática. Así, curioseando vidas ajenas, escuchando las memorias con mucha atención y construyendo historias a partir del dolor, la perseverancia y el triunfo, escribo.

Una mañana, luego de terminar mi clase, caminé hacia el estacionamiento anexo de Global University donde había dejado mi carro. Iba relajada, sin apuro ni pendientes, justo el estado de ánimo necesario para escuchar una buena historia. Saludé al cuidador, Don Daniel Martínez, levantando una mano como de costumbre. En condiciones normales, habría encendido mi Fit y conducido mecánicamente hacia la calle, pero esta vez observé algo diferente en mi entorno: la lluvia intensa de la noche anterior había anegado un área del parqueadero que imposibilitaba el uso de, al menos, diez cajones. Hice entonces un comentario que intentaba solo ser amable y pasajero:

-        Se le inundó la oficina, Don Dani – dije sonriendo.

-        ¡Qué bonita es la lluvia! – fue la respuesta espontánea que me ofreció él, acompañada de un espléndido arco hecho con el movimiento de sus brazos.

Me detuve, cerré de nuevo la puerta de mi coche y me dispuse a escuchar a aquel hombre amable y sencillo. Esa inmunidad a la queja llamó poderosamente mi atención, esa percepción noble de los acontecimientos que la mayoría consideramos estorbosos. Generalmente, usamos esos eventos para soltar una sarta de frases negativas. No Don Dani.

Quedé fascinada con su filosofía sobre la lluvia y creí que ya con eso el obsequio del día estaba completo, pero de pronto comenzó a usar una palabra nueva. Sí, una palabra que no está en el diccionario, ni en las formas verbales, ni en la conjugación gramatical del idioma español: enséñate.

Mientras Don Dani hablaba de su padre y lo mucho que aprendió de él, mi mente jugaba con el nuevo significado. Pensaba en lo mucho que ayudaría a las nuevas generaciones acuñar esa palabra, absorberla, introyectarla, creerla y usarla. Reflexionaba sobre el incapacitante facilismo que produce el aprendizaje pasivo, cavilaba acerca de los que creen que los maestros somos los responsables exclusivos del resultado final y no un trabajo compartido y colaborativo con el aprendiz. Me sorprendió que una palabra tan importante de la segunda persona del singular del imperativo afirmativo no existiera.

Quizá porque en otros tiempos todo recaía en el que enseñaba y ahora todo debe recaer en el que aprende, tiene más sentido el “enséñate”. En tiempos en los que la información, la innovación, el conocimiento y el desarrollo de los acontecimientos se obtienen a la velocidad de un clic y en la pantalla de un celular o una tableta, asumir la responsabilidad de usar ese torrente de fuentes de crecimiento intelectual y personal es tarea disfrutable de cada día. Una cosa es tener acceso y otra, muy distinta, es usarlo.

Lo que nosotros, los maestros, podamos enseñar a nuestros estudiantes, es solo lo que sabemos hoy y que será obsoleto en un futuro demasiado corto. Lo que nuestros estudiantes aprenden en nuestras aulas debe comprenderse como un punto de partida para un conocimiento que evolucionará a pasos agigantados y a gran velocidad. El maestro, en la actualidad, es un portero. Transitar y aprender continuamente es tarea del aprendiz.

Joven: sé curioso, busca, lee, investiga, cuestiona, compara. ¡Enséñate!

 

 

Helena Contreras Herrera

Maestra en: Global University

Febrero, 2024

"Cumple tus sueños, no los de tu jefe."

Contacto

Av Independencia 2134, Trojes de Alonso, CP 20116 Aguascalientes, Ags.

info@globaluniversity.edu.mx

+52 449 500 0520

Políticas de pago, cancelación y reembolsos
Aviso de Privacidad

Deposita aquí tus dudas académicas, económicas o existenciales. Para eso estamos.